Arriesgando por mis sueños

A lo largo de mi vida he tomado muchos riesgos y escuchado bastantes veces que estaba loca, cada vez que comunicaba a familiares y amistades las aventuras donde me embarcaba, en la mayoría de las ocasiones tenía a todo el mundo en contra de mi decisión y repitiéndome que era un error pero siempre he sido muy intuitiva y me he guiado por lo que yo siento y no me dejo llevar por lo que otros creen que es lo mejor para mí porque la única persona que lo sabe eres tú mismo y la única persona que va a vivir tu vida eres tú.
El amor y dedicarme a ayudar a otros está en mi naturaleza y siempre han sido mi rumbo y objetivo. En mi primera relación dejé todo por irme a otro país sin ninguna seguridad, en ese momento de mi vida tenía un trabajo que me daba independencia, una oportunidad de irme de Erasmus, la oportunidad de acabar mi carrera Universitaria en el tiempo previsto que España eran 5 años.
Dejé el trabajo, pospuse mis prácticas de la carrera, me fui sin un trabajo, ni casa en el país al que iba y una vez allí me di cuenta de que no era la ciudad ideal para encontrar empleo y de hecho no lo encontré, mis ahorros se agotaron y mi relación se rompió y me encontré sola en otro país sin pareja, sin dinero y me volví a España a empezar completamente de cero.
Ese mismo año me inscribí en un Máster en la ciudad donde hacía tiempo sentía que debía ir pero por miedos no me había atrevido. Me aceptaron en el máster una semana antes de empezar, hice mis maletas, encontré compañeras de piso por internet y allá que me fui a vivir con ellas sin conocer a nadie ni nada de la ciudad.
Tenía que estar ahí en ese momento y no antes, a pesar de que siempre quise vivir ahí pero ese era el momento para mí porque me llevaría hasta mi segunda relación, que acabó muy mal pero no me atrevía a dejar por miedo a estar sola, a empezar de nuevo de cero, a sentirme perdida, pero fue entonces donde tomé uno de los mayores riesgos, por fin decidí mudarme a otro país sola, siempre había querido hacerlo pero era uno de mis mayores miedos, me había mudado mucho pero siempre acompañada, deseaba mucho hacerlo sola pero me aterraba. Pero al fin lo hice y a lo grande, me mudé a una gran ciudad como es Londres, sin conocer absolutamente a nadie, sin ahorros, sin planes, solo sentía que había llegado el momento.
Fue una experiencia increíble pero acabé consumiéndome en el trabajo y con el tiempo era lo único que hacía, dejé de disfrutar de la ciudad, las amistades y me agoté a mí misma, lo que me llevó a lanzarme a otro riesgo. Mi nivel de estrés era muy muy elevado en esa época y necesitaba una desconexión total, encontré un retiro perdido en la montaña, contacté con ellos, les propuse una idea de trabajo y la aceptaron y allí que me fui de una gran ciudad a vivir desconectada, en plena naturaleza. Aquí fue donde inicié mi camino espiritual, ahí viví y trabajé hasta que mi guía interior me dijo que ya había aprendido todo lo que tenía que aprender de esa experiencia y que era mi momento de tomar otro rumbo.
Por primera vez, no tenía un plan, ni una sensación interna que me dijera hacia donde ir así que decidí tomarme unas vacaciones y simplemente fluir. Me fui unas semanas a una casita en las montañas yo sola y luego volví a mi ciudad y empecé a barajar la idea de abrir mis consultas como siempre había querido aunque no me terminaba de convencer la idea de hacerlo en mi ciudad, era el único lugar donde podía permitírmelo en ese momento así que comencé el proceso, sin estar convencida de ello. Mi instinto siempre me ha alejado de mi ciudad de origen y siempre he sabido que no es el lugar donde quiero echar raíces.
Durante ese verano tuve un sueño y en mi experiencia en el retiro aprendí que los sueños a veces tienen mensajes que darnos, soñaba con una vida en Londres y varios sucesos que ocurrían en mi vida allí, no le presté atención en ese momento pero al día siguiente recibí un mensaje con una oferta de trabajo para volver a Londres… no lo pensé, sabía que era una señal, lo acepté y un mes después estaba de vuelta en la gran ciudad.
A día de hoy sigo viviendo en Londres, enamorada de esta ciudad, de mi vida, mi trabajo, mi libertad. Me dedico a ayudar a otros, estoy en el camino del trabajo con el que siempre soñaba, en una ciudad donde te sientes libre, con oportunidades, mentalidad abierta.
Cada riesgo ha llevado consecuencias, algunas de aprendizajes pero también algunas muy duras pero no me arrepiento de nada de lo vivido porque me han acercado más y más hacia mis sueños, aún sigo soñando pero soy paciente porque sé que en este presente momento estoy donde debo estar y confío en la vida y en el Universo.
